UN ASPIRANTE A A TEISTA


escritor estadounidense Bruce Sheiman publicó recientemente un libro cuyo titulo sorprende: "Un ateo defiende la religión: ¿Por qué a la humanidad le ha ido mejor con la religión que sin ella?".


Sheiman explica que él no es una persona de fe, pero no niega a Dios de forma ostentosa. Se describe a sí mismo como un aspirante a teísta porque "la religión proporciona una combinación de beneficios psicológicos, emocionales, morales comunes, existenciales e incluso de salud que ninguna otra institución puede reproducir".

La mejor manera de dejar a un lado de modo convincente el ateísmo -explica en la introducción a su libro, el cual aún no ha llegado a nuestro país pero pueden consultarse algunos adelantos y comentarios por Internet- no es mediante argumentos que intenten probar la existencia de Dios, sino demostrando la aportación duradera de la religión y defenderla como institución cultural.

"Las fechorías de la religión pueden dar para una provocativa historia, pero las buenas obras diarias de miles de millones de personas son la verdadera historia de la religión, que ha ido a la par del crecimiento y prosperidad de la humanidad", sostiene, y agrega: "Está claro que la gente puede ser moral sin la religión -afirma Sheiman-, pero también es evidente que la religión hace a la gente buena. De hecho -afirma-, los seres humanos muestran un comportamiento ético que va más allá del poder explicativo de la cohesión del grupo".

Uno de los modos en que nos beneficia la religión es dando significado a nuestras vidas, observa Sheiman, y al respecto cuenta algunos ejemplos de cómo las sociedades primitivas buscaban dar sentido a sus vidas en medio de un mundo más extenso por medio de la religión. Sus mitos y rituales ayudaban a aquellos pueblos a conectar las realidades mortales con lo eterno y espiritual.

En el mundo moderno la ciencia ha reemplazado en muchos casos a la religión en términos de explicación del mundo y del universo, pero Sheiman apunta que, aunque podamos aceptar lo que la ciencia dice sobre cómo funciona el universo, esto no nos explica lo que significa para nuestras vidas.

Otro aspecto de la religión que destaca el escritor es la moralidad. Está claro que la gente puede ser moral sin la religión, sostiene, pero también es evidente que la religión hace a la gente buena. De hecho, afirma, los seres humanos muestran un comportamiento ético que va más allá del poder explicativo de la cohesión del grupo. Al respecto, amplía: "Lo intrínseco a todas las religiones es la creencia en la bondad, tanto divina como humana.

Los ateos suelen carecer de esta comprensión de la moralidad que no es un simple sistema recompensa/castigo. Los muy cínicos ven en la religión una obediencia ciega a una autoridad moral y un sistema opresivo de control del comportamiento", explica, y cita estudios sociológicos que revelan que las personas religiosas son más cariñosas y compasivas que las no religiosas y dan más dinero a caridad.

En otro capítulo del libro, Bruce cuenta cómo la religión ha estado detrás del progreso del mundo occidental en campos como la democracia y la libertad, la ciencia y la tecnología.

El escritor americano también critica la lectura selectiva de la historia hecha por algunos ateos, que sólo muestran rapidez para atribuir los aspectos más negativos de la historia a la religión, mientras que rara vez reconocen la deuda de la civilización con la religión.

Concretamente parecería ser un libro de divulgación que ofrece datos y pensamientos útiles, desde la sociología, tanto para ateos como para creyentes. Para los primeros, para diluir prejuicios que les impiden ver el verdadero peso de las religiones; y para los segundos, para reforzar su fe personal con información científica. "No sé si Dios existe, pero sí que el mundo es un lugar mejor porque la gente cree que Dios existe", es la frase que resumiría el pensamiento de Sheiman.




encontrado en la wed: http://www.laprensa.com.ar/Note.aspx?Note=348843

Lidia Ufarte Maldonado

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